viernes, 28 de marzo de 2008

¡Lo que hace el aburrimiento!


Eso es lo que le dije a mi madre el día que decidí cursar mi octava carrera.

Y lo que le expliqué al tipejo aquel del teatro que me invitó a un café en el concierto número 200 de la temporada, después de contarle lo mal que se pasa en una rinoplastia cuando no tienes ni idea de medicina quirúrgica.

Y también lo que acabé confesando al padre Matías en Sant Joan d’Ampolla al reconocer haber escarmentado al benjamín de los Gutiérrez porque había orinado contra la rueda trasera izquierda de mi flamante Mazda3, a sabiendas que yo estaba sentada al volante y lo veía por el espejo lateral. Y que conste que el pobre animal sigue vivo y coleando…

Y como el aburrimiento es insano, y mi asistenta está cansad de tenerme todo el día pegada a su chepa suplicándole que me deje ayudarla, me ha obligado a redactar estas notas.
Me llamo Tara y espero aburriros lo menos posible.