miércoles, 29 de diciembre de 2010

La música...


en octubre fue a-ha
la despedida definitiva a una parte de mi vida
a la que empezó colgando su póster en rosa chicle entre las diferentes plantillas del barça
(no pegaba nada el rosa entre tanto verde y azulgrana)
y, sin embargo, yo todo lo veía compatible
a-ha, Prince, the cure, mecano, la dama se esconde…
¡qué locura de muchacha!

y

en noviembre fueron HURTS
la novedad, la vida nueva
pero con aires del pasado, del tecno de los 80, andróginos y barrocos
pero tremendos
compatibles con todo lo demás

y

de aquí a 3 días justos
la apoteosis
mi primer deseo para el año nuevo:
disfrutar del concierto en la Musikverein de Viena
a todo trapo
hasta saturar los altavoces de mi pobre televisor
emocionada hasta la médula

……..

pego mi canción favorita de a-ha
(la sección de cuerda me parece brutal)

y

también la “vida maravillosa” de HURTS
(mi segundo deseo será bailar en una piscina… con tacones)



domingo, 19 de diciembre de 2010

Christmas card

Con todo el lío que tengo en casa no sé cómo me quedan ganas de celebrar la navidad.

Quizás sea por eso.
Por lo del lío.
Digo.



Me llamo Leia y pertenezco a una familia desestructurada.
[¡Hola Leia!]
A mi padre le gustaban las emociones fuertes y, de muy joven, se pasó al lado oscuro de la fuerza abandonando a mi madre.
Ella, pobreta, se quedó sola y, al poco, descubrió que estaba embarazada.
Una princesa, sin oficio ni beneficio, y futura madre soltera,… menudo panorama.

En el parto, oh sorpresa, vienen gemelos y mi madre discurre separarnos: ella se queda conmigo y deja a mi hermano con una familia de una luna lejana.
De todo este embolado nos enteramos él y yo mucho más tarde, en los años de lucha por salvar a nuestro pueblo, cuando se cruzan en el mismo camino un niñato con robotijo adosado –mi hermano Luke y su r2d2-; y la imitación barata de una dama de elche, con su par de ensaimadas encastadas en la cabeza… la misma que escribe y cuenta.


A partir de ahí, el desenfreno.
Reaparece nuestro padre con aires de tipo importante, disfrazado de negro, con capa y espada, y una careta que no se quita ni a sol ni a sombra.
Por no se qué historia de la llamada de la sangre, se pone al descubierto que somos familia y el amigo se pasa las horas repitiendo a todo aquel que lo quiera oír ¡Luke, soy tu padre!, y a mi que me parta un rayo.

Tanto dar la brasa para nada, en cuatro estocadas de espada láser perdió pie y se fue al infierno.
Y huérfanos del todo nos quedamos, pues mi madre ya había pasado a mejor vida hacía un tiempo…


Ahora por aquí andamos, atareados con la crisis, varios parones aéreos teñidos de nieve y alguna que otra visita pastoral.
Para colmo los soldados robot han abrazado el cristianismo y, a su manera, han montado un belén viviente. Y aunque c3po y yo no pintamos nada en el decorado, siempre estamos ahí, dando por saco.
Todo sea por animar un poco el cotarro.


Por cierto… Merry christmas!!!

miércoles, 8 de diciembre de 2010

Natsuko


Encontré sus cartas.
Y la tarde viajó lejos, al amparo de aquel sauce llorón junto al puente de madera, para cobijar su pálida desdicha.

El kimono bordado con fugaces mariposas reposa en la tinta derramada.
El carmín de su beso dibuja insinuaciones en el ángulo de los trazos.
El polvo de arroz recrea su rostro sobre el papel, con la mata de pelo azabache brillando en el recuerdo de un sueño.

Pinto la grafía con las yemas, de una invisible pena, queriendo recobrar el aplomo suficiente para dejar de llorar, para que las gotas de rimel no tinten el blanco del tablero de ajedrez.
Y en esas sus ojos se rasgan aún más, suspiran el aroma del tiempo que ha pasado desde entonces.

La historia de esta niña de verano se escribe por columnas, de derecha a izquierda, y del final hacia su principio.
Cuando el samurai regresó para morir.
Cuando la espada sembró de rojo atardecer su aldea.
Cuando el calor quemaba de sudor sus noches.




Encontré sus cartas.
Ahora sólo resta leerlas…