domingo, 19 de mayo de 2013

We are one






Antes de empezar el concurso, ya te avisan: no se puede votar más de 20 veces por el mismo país y desde el mismo número de teléfono.
Descuide señor Iñigo, eso no va a pasar, pese a que este año el nivel parece recuperado. No así en el caso español que, como contagiándose de crisis y de supersticiones (¿qué es eso de presentarse a cantar de amarillo canario?, porque lo de ahorrarse zapatos ya ni cuenta), ha fracasado estrepitosamente.
8.
O quizás en letra no parece tan poco: ocho.
8 puntos para España (de la suma: 6 de Albania + 2 de Italia) de 39 votantes. Penúltimos, por delante de Irlanda.
Keep calm.

Parece como si este año los países se lo hubieran tomado más en serio. Los truños de canción quedaron fuera en las dos semifinales, si exceptuamos el caso paradójico de Rumanía que, como todo el mundo sabe, es votada en masa por sus compatriotas estén donde estén.

Ganó la favorita, Denmark. Yo aún a esta hora del mediodía (son las 13:50 en mi portátil) sigo sin saber qué tiene Denmark, pero Iñigo ya lo comentó durante la transmisión, o sea que se cumplieron las apuestas.
Mis favoritas las dejo aquí abajo, por si sirve de algo.

Hungría: un chiquito con gafas de pasta, barba de días y gorro de lana, repitiendo hasta la saciedad cariño, cariño, cariño pero en húngaro. Los videntes deben fijarse en el movimiento rítmico de la cabeza del guitarrista acústico y, también, en los muñecos a lo Tim Burton del escenario. No grita.

Italia: Marco, el ganador del festival de San Remo de este año, con vestido azzurro, de corte milanés. Tema soberbio, bien interpretado. Lástima que no he encontrado el vídeo de ayer por la noche, cachi los indios!!! Tampoco grita.

Noruega: moza rubicunda, enfundada en un vestido futurista de blanco color. Insisto, sin demasiados gritos desgarradores.








Conservaré durante unos días mis 8 folios de apuntes (otra vez el 8, ¡qué maravillosa coincidencia!). Si alguien necesita algún dato más, ya tarda en ponerse en contacto.


martes, 1 de enero de 2013

Anhelo

Iris, de Rafal Olbinski

Dormida en el cálido sustento de mi noble armazón, se hielan las puntas de mis dedos. Aún así, entre la escritura de las cuerdas, dejo letras emparejadas que pronunciarán el magnético hechizo de tu nombre. Como harán también las lilas, turbadoras espigas de refinado talle, al estremecerse con la irisada pausa de tu aliento.
El azul Prusia envuelve mis pensamientos en esta primera hora y el acorde de un arpa florida tornea en la lluvia perlas de frío que caldearán sólo si tu respuesta llega durante el sueño que te hace justicia.