domingo, 11 de diciembre de 2011

Humoresque

O como pasar de una fantasía musical a ver morir a Joan Crawford en un mar de lágrimas.


Una mañana, no hace mucho, me despertaron los acordes de Carmen Fantasie, una virtuosa pieza para piano y orquesta, compuesta originariamente para la banda sonora de una película.








De ahí todo fue recorrer el mundo en pos de Franz Waxman, su compositor, a través de las películas a las que puso música, para detenerme y deleitarme, quizá, con la más sobresaliente de su carrera, al menos a nivel musical: Humoresque.


Gran película, grandes interpretaciones, gran banda sonora.



Lo de Joan Crawford merece mención especial, no porque desee descubrirla ahora sino porque la historia que narra en la película, sin ella o con otra actriz, hubiera sido de muy distinta intensidad.
Jamás un embelesamiento musical había sido tan magistralmente interpretado, no sólo por el amor que profesa hacia el genial violinista sino también por la belleza que se desprende de su instrumento.
Tanta pasión encontrada sólo podía tener un trágico resultado. Y aunque me revienta contaros el final de la peli, no me queda otra salida.


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1 comentario:

German Buch dijo...

Al ver las carátulas anunciadoras de la peli “De amor también se muere” mi mente ha repasado un travelín de imágenes: Carol Lombard; Bete Davis; Barbara Stanwych; Katherine Hepburn; Rita Hayworth y ella, Joan Crawford.

Luego, he leído tus letras, pero antes, antes de leer y ver, como un fulgor, un resorte, mi mente ha sido invadida por esa imagen final de la Grawford paseando por la orilla de la playa, la lluvia en sus ojos confundiéndose con el fuerte oleaje de su mar, taconeando la playa, mientras un paseante anónimo, trazaba las desaparecidas huellas de ella.

Esa escena, como otras escenas de pelis, por el momento o la edad en que uno las visualizó, quedaron grabadas por siempre en mi.
Quizá, ahora con otra edad, esas imágenes se repiten como ciclo de una vida, muy palpantes.

“Y yo no se lo que haría
si algún día no me quisieses
porque si por amor se nace,
cariño, por amor, por amor
también se muere...”

La Crawford, bella, sensual y erótica en esa escena del concierto, con la boca entreabierta de placer, transportada por la música que envuelve su vida, transportada por su amor, su amante.

"Enciende la pipa, en el mundo no hay más que aire y humo.",
¿te lo traduzco?
Calma, hay que tener mucha calma, nena. “