miércoles, 9 de marzo de 2011

El asedio


“Llueve como si las nubes oscuras y bajas tuvieran espitas abiertas, y por ellas se derramaran torrentes. El violento temporal de agua y viento que azotó Cádiz por la mañana ha dado paso a un aguacero intenso, continuo, que lo empapa todo repiqueteando en los toldos, las fachadas de las casas y los extensos charcos, formando regueros en la arena echada sobre el pavimento para que no resbalen los cascos de los caballos. De los balcones cuelgan banderas mojadas y guirnaldas de flores deshechas por la lluvia. Al resguardo del portal de la iglesia de San Antonio, entre la gente que se protege con hules y paraguas o se agrupa por centenares bajo los toldos y en los balcones, Rogelio Tizón observa la ceremonia que, pese a la lluvia, se desarrolla en el dosel levantado en el centro de la plaza. España, o lo que de ella simboliza Cádiz, ya tiene Constitución. Se presentó de modo solemne esta mañana, sin que el mal tiempo desluciera el festejo. El peligro de las bombas francesas, que desde hace semanas caen con más precisión y frecuencia, desaconsejaba celebrar la procesión de diputados y autoridades, y el tedeum previsto en la catedral. Se temía, con razón, que los enemigos pusieran de su parte para señalar la fecha. De modo que se trasladó el acontecimiento a la iglesia del Carmen, frente a la Alameda, fuera del alcance artillero enemigo, donde el gentío entusiasmado –la ciudad en pleno está en la calle, sin distinción de oficios ni condición- aguantó a pie firme las turbonadas de viento, el agua inclemente y hasta el desgarro repentino de un árbol robusto, que cayó sin causar daños; no haciendo el suceso sino aumentar el alborozo popular, mientras sonaban las campanas de todas las iglesias, atronaba la artillería de la plaza y los navíos fondeados, y la extensa línea de baterías francesas respondía desde el otro lado. Celebrando allí, a su manera, que hoy, 19 de marzo de 1812, es día del santo de José I Bonaparte.”




Arturo Pérez-Reverte. El asedio. 2a ed. Madrid: Alfaguara, 2010. 727 pág.

3 comentarios:

Tara dijo...

ando templando nervios de hospital en hospital, en un juego macabro en el que pierdo más que gano pero, en estos momentos, no puedo hacer otra cosa

por lo tanto, dejaré la lírica para más adelante, cuando repuesta del desgaste en bata blanca, me pueda dedicar a escribir tonterías de las mías

Madison dijo...

Espero que todo vaya bien Tara.
Un abazo

Vaganmundo dijo...

Llovía en Cadiz, mal día,
para celebrar nada.
Siempre hay rayos de esperanza,
aunque lleven bata blanca.