sábado, 16 de julio de 2011

Mi casa

No hace mucho alguien me dijo:


Tu eres espAcial, que no espEcial,


y me pareció lo más irresistible que había oído en mucho tiempo.




Desde mi atalaya particular el mundo sigue girando ajeno por completo al universo de sensaciones que despiertan y/o se evaporan en mi interior.
Como la espectadora de excepción de este tránsito elíptico que traen entre manos un planeta, una estrella y un satélite, y que marea sólo de pensarlo.


La vida es aquello que pasa mientras observo, analizo, asumo y pongo en práctica; y aunque no me dan miedo los tiburones, pocas cosas me arrastran a tirarme de cabeza al negro intergaláctico que se vislumbra desde esta nave oxidada y viajera que habito.


Mi gran defecto: esperar mucho y más, de todo y de todos.
Y como la ecuación diferencial de la "eternamente insatisfecha" hace aguas por doquier, mi desequilibrio se transforma en virtud ya que la fuerza de gravedad no impide insólitas atracciones.
Y de ahí, de nuevo hacia el infinito, disparada en el mutuo deseo de seguir adelante.
Siempre.





Fotografía APOD: Mi casa

5 comentarios:

Tara dijo...

gracias a todos por preguntar... la escayola sigue bien, gracias!!!

mi madre, es otro cantar; y yo, para qué os cuento!!!

como diría mi amigo George, el "histerismo intrauterino" nos está matando

German Buch dijo...

Sin tener vocación espacial, asumo que formo parte de esas personas no raras, sino diferentes, especiales. Persona especial rayando en lo espacial del espacio que me rodea y, de esos, sus alienígenos habitantes compartiendo espacios.

Me quedé mudo, sin voz escrita por mi razonamiento. Razonar no es estar en posesión de la verdad, en todo caso, sería dueño de mi verdad.
Observando otros silencios, tú que eres espacial rayando a lo especial, sabrás de que te hablo cuando escribo “observando silencios”. Digo, observando silencios, decidí compartir el impuesto silencio, la mudez a mis letras. Entendí que tu espacio, tu entorno, no estaba para piruetas, ni creo que a día de hoy lo esté. Así que me enroqué en mi sideral frontera espacial, un espacio sin fronteras.

En ese mundo infinito, como digo sin fronteras, como siempre, después de tus prontos, después de contradecir histerismos intrauterinos, uterinos o taurinos, volverás a recoger el capote, como siempre, como siempre que te lo propones para seguir adelante, toreando la vida, toreando tu especial espacio sideral.

Me alegro de verte en este agujero negro, desconocido entre tantos y conocido, espacialmente. por quien te escribe.

Igor dijo...

Sí... Voy corrigiendo ese defecto de esperar y esperar de los demás y el mundo y todo.
¿Escayola? Entonces la espera cobra sentido.
Me gusta tu casa gravitacional, tan oxidada.
Saludos.

Cordura dijo...

Tarde o temprano nos arrastra la marea,
lo importante es que nos pille pensando,
en defectos y virtudes insatisfechas.

Que nos pille en desequilibrio estable,
esperando siempre, mucho y más,
sobre todo de nuestra mente.

Lo demás se navega.

Sin duda eres una ecuación infinita.
acertó quien te lo dijo...

Tu eres espAcial.

Cordura dijo...

Entre mareas...
me gustan las vistas de las ventanas de tu casa...