sábado, 30 de julio de 2011

El túnel


“No sé cuánto tiempo pasó en los relojes, de ese tiempo anónimo y universal de los relojes, que es ajeno a nuestros sentimientos, a nuestros destinos, a la formación o al derrumbe de un amor, a la espera de una muerte. Pero de mi propio tiempo fue una cantidad inmensa y complicada, lleno de cosas y vueltas atrás, un río oscuro y tumultuoso a veces, y a veces extrañamente calmo y casi mar inmóvil y perpetuo donde María y yo estábamos frente a frente contemplándonos estáticamente, y otras veces volvía a ser río y nos arrastraba como en un sueño a tiempos de infancia y yo la veía correr desenfrenadamente en su caballo, con los cabellos al viento y los ojos alucinados, y yo me veía en mi pueblo del sur, en mi pieza de enfermo, con la cara pegada al vidrio de la ventana, mirando la nieve con ojos también alucinados. Y era como si los dos hubiéramos estado viviendo en pasadizos o túneles paralelos, sin saber que íbamos el uno al lado del otro, como almas semejantes en tiempos semejantes, para encontrarnos al fin de esos pasadizos, delante de una escena pintada por mí, como clave destinada a ella sola, como un secreto anuncio de que ya estaba yo allí y que los pasadizos se habían por fin unido y que la hora del encuentro había llegado.”






Ernesto Sábato. El túnel. 2a ed. Madrid: Cátedra, 1977. 165 pág.

4 comentarios:

Tara dijo...

Vinilocura recomendó este libro en su blog y debo decir que me ha dejado una honda huella

(como todos los Libros que aquí se citan, os lo recomiendo muy mucho)

como este año pasaré agosto entre Santa Kemola y Barcinona ya os iré explicando mi tránsito vacacional, entre gustavos saltarines, Sondrinas artísticas y una señora madre dolorosa!!!

German Buch dijo...

“Yo no decía nada. Hermosos sentimientos y sombrías ideas daban vueltas en mi cabeza, mientras oía su voz, su maravillosa voz. Fui cayendo en una especie de encantamiento. La caída del sol iba encendiendo una fundición gigantesca entre las nubes del poniente. Sentí que ese momento mágico no se volvería a repetir nunca. -Nunca más, nunca más- pensé, mientras empecé a experimentar el vértigo del acantilado y a pensar qué fácil sería arrastrarla al abismo, conmigo.” (El Túnel)

“Yo creo que la verdad es perfecta para las matemáticas, la química, la filosofía, pero no para la vida. En la vida, la ilusión, la imaginación, el deseo, la esperanza cuentan más.”
(Pensamiento de Ernesto Sábato).

Cordura dijo...

Todos vivimos en un túnel.
Vemos por primera vez la luz...
entre los genitales cercenados de nuestra madre.

Luz llena de sangre, de dolor impuesto, escrito por un Dios.

Avanzamos a tientas por la vida, buscando luciérnagas.
buscando siempre el final de ese túnel, la luz definitiva.

En el trayecto; nos engañan con las estrellas,
nos mienten con la Luna, nos empujan de sol a sol.

Que más da ser leído o no saber nada.
Que más da que te pille en Sabato, en la Camús,
o leyendo a Nietzsche.
(El humor es complicado de entender, cuando te juegas como es tu vida)

El túnel no perdona.
Cuando miras atrás, te convences de que la única luz,
está al final de la sangre que te queda.

Nunca hay vuelta atrás.

El túnel no perdona.
El túnel es nuestro único camino.

Solo nos queda, tantear cada paso,
sin sentido, sin luz
o ser luciérnagas,
con todos los sentidos abiertos.

Entre Mareas.

Igor dijo...

Todo un superclásico. Me atrevo a decir que me impresionó más que me gustó, y eso que me gustó mucho. Pero es que es meterse en una maldita locura, una locura que resulta creíble, lo que duele el doble.
Al final me quedó una pregunta, y no hablo de Mou: ¿Por qué? Sábato no parece tener en alta consideración al género humano.
Un abrazo.