sábado, 20 de junio de 2009

Smiles!

El hombre de hielo se ha reído aunque para ello me haya tenido que caer de la silla.
Su risa ha sido de aquellas que se contagian. Su estruendo, el primero de una serie de réplicas más o menos afortunadas pero sin llegar a alcanzar a la original más que en las intenciones.
El hombre de hielo se ha reído demostrando que el sentido del humor es particular de cada uno y general de la mayoría.
Y entre tanta chanza, mis posaderas en el duro suelo, doloridas y escarmentadas de lo lindo.
Desde mi posición privilegiada, me rodean cientos de piernas descontroladas que intentan contrarrestar el ataque de las cajas torácicas, ajenas a la razón que ha provocado semejante barullo.
No puedo dejar de observar la mandíbula desencajada del hombre de hielo y esa energía emanada desde su fuero más interno.
Pareciera que me quisieran engullir pero también mi risa adquiere protagonismo entonces, ensordeciendo como la que más.
¿Para qué levantarme? Nada tiene remedio ya.




Ninotchka (1939)
director: Ernst Lubitsch
actores: Greta Garbo, Melvyn Douglas

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