jueves, 7 de julio de 2011

Aurora boreal



“Cuando muere Viktor Strandgard, en realidad no es la primera vez que sucede. Está tumbado de espaldas en la iglesia de la Fuente de Nuestra Fortaleza y mira hacia arriba a través de los enormes ventanales que hay en el techo. Es como si no hubiera nada entre él y el oscuro cielo de invierno.
“No se puede estar más cerca –piensa-. Cuando lo llevan a uno hasta la iglesia que hay en una montaña en el fin del mundo, el cielo está tan cerca que casi puedes tocarlo alargando la mano.”
La aurora boreal se retuerce como un dragón a través de la noche. Las estrellas y los planetas tienen que rendirse al gran milagro de luz resplandeciente que, sin prisa, se abre paso por la bóveda celeste.
Viktor Strandgard sigue el camino con la mirada.
“Me pregunto si la aurora boreal puede cantar –piensa-. Como una ballena solitaria canta bajo el mar.”
Y, como si su pensamiento la hubiera alcanzado, la aurora boreal se para un segundo. Interrumpe su interminable viaje. Observa a Viktor Strandgard con sus ojos fríos de invierno. Porque, allí tumbado, es bello como un icono. La oscura sangre parece una aureola alrededor de su pelo largo, rubio, de santa Lucía nórdica. Ya no se siente las piernas. Está adormilado. No siente dolor.”





Asa Larsson. Aurora boreal. Barcelona: Seix Barral, 2010. 381 pág.

6 comentarios:

Tara dijo...

mi madre está que no está, y en esas que el otro día, para entretenimiento de unos pocos, se pegó una castaña paseando enclaustrada por casa
(que conste que su clausura es voluntaria, pasa de salir a la calle para evitarse desgracias mayores)

con su caída, nos hemos pasado ingresadas, mi madre y yo, un par de días en un hospital de la zona, con la magnífica compañía de varios huesos rotos, kilos de yeso y cientos, y cientos, y cientos, y cientos, y cientos... de palabras recogidas en algo llamado "libros"


ah, qué sería de mí sin ellos y sin esas horas en vela!!

Madison dijo...

Caray, espero que s restablezca pronto...
Un beso Tara

German Buch dijo...

“¿Què es lo que ha pasado aquí?”, piensa.

La luz de fuera está apagada, La casa, arriba en la colina, descansa en una oscuridad compacta.
Cuando está un poco más cerca, ve la luz de una linterna. Alguien alumbra el camino y corre hacia allí a toda velocidad. ANNA Marie SE Desplaza rápidamente hacia la derecha y cae en la cuneta. Se saca la chaqueta, que está llena de reflectante, y la tira al suelo con el forro boca arriba. No le da tiempo que a correr más que hasta allí, porque, sino, la persona que está arriba la oiría. Se encoge en la cuneta. La hierba del año pasado hasta aplastada y no ofrece protección ninguna, pero crece un poco de maleza y hay ramas. Si la persona no dirige la linterna hacia donde está ella, se puede salvar.
(La senda oscura. Asa Larsson.)

Esa oscuridad, habitando la senda de las horas pasadas, estaba claro que no se debía a una jodida migraña, siempre habría un resquicio de luz, por donde deslizar la voz de la tranquilidad si así hubiere sido.

Las cartas de amor se leen en momentos escogidos, hasta seleccionados por el cuerpo. El amor está ahí, paciente, sin desespero a la espera, pero con esa coma de intranquilidad en el que será, en el que pasará. En si ese haz de luz descubrió a la mujer agazapada entre matojos.

Que linda saber de tu voz sobre la naciente luz en aurora boreal. Que esa luz encamine los pasos de tu mami en la enclaustrada jaula casera.

Cordura dijo...

La Aurora Boreal, siempre es Verde Esmeralda,
es una imagen del norte, una voz sorda,
entre la pluma y la mente.

Verdial dijo...

Lamento mucho lo de tu madre y desde aquí le deseo que se restablezca pronto, y a ti decirte que te lo tomes con calma. Suelo tener experiencia en estos casos (desgrciadamente).

El texto que has puesto dice mucho de la novela, tiene que ser buena. No la he leído pero me apunto a hacerlo.

Un abrazo

Tesa Medina dijo...

Ay, Tara, pobre tu madre, pero seguro que tú lo has pasado mejor con la compañía de tantas palabras.

No podría vivir sin leer, es lo que más me gusta. Me añado este título a la montña que me espera ya para este verano. Tiene buena pinta.

Espero que tu madre se recupere pronto y que tú pases un verano emocionante, pero sin sobresaltos, que la chispa venga de la lujuria, si acaso.


Un beso, Tara.