sábado, 20 de octubre de 2012

Irme

Benjamin Carré


Mi idea era cerrar esta historia para siempre. Porque los sueños se han precipitado hacia otro lado, porque algo ha cambiado dentro de mí. Aún así, el antojo de permanecer se resiste. Aún puede que me quede.

2 comentarios:

German Buch dijo...

Recordando aquel encuentro, perdidos entre el torbellino de gente, enlazando tu mano sobre la mi mano. Refugiándonos en el viejo café, tras los cristales, vestidos de lluvia, la fluorescencia de Smoke City, dejaba marcada tu silueta en la oscura pared.

Golosas nuestras miradas, apagadas nuestras voces por impúdicos gestos, aceptamos nuevos encuentros, seguros de nosotros mismos al otro lado del río, entre los árboles.

Quedará abierta la historia, sin antojo primaveral. La realidad ha llegado llenando tu vacía estancia, la sombra dejada ayer y que hoy, carne con carne, te acompaña.

Sé que estarás aquí. No; se que estarás allí, paseando tus ojos por la ribera del río, viendo como la hoja desprendida del sauce, solitario navegante en su vida, añora tu roce, la silueta marcada en la noche.

Otra vez tú; tu sueño. Te sueño. Espero.

Tara dijo...

Las goteras acaban secándose, por mucha lluvia que caiga. Ahora mismo eso es lo único que importa.